El año 2000 fue totalmente diferente. Por primera y última vez la Ertzaintza tenía, en base a una sentencia judicial, la orden del Gobierno Vasco de permitir la participación de Jaizkibel en el Alarde. Como hemos mencionado, en 1996 se emprendió la vía judicial para la participación de la mujer en el Alarde. Mientras el Alarde fue público, las sentencias fueron favorables a las mujeres soldado, sin embargo, con su privatización el derecho privado de reunión y organización quedó por encima del derecho de igualdad, por lo que los detractores lograron mantener el Alarde sin mujeres soldados dentro de la nueva legalidad.

En el año 2000 la Ertzaintza tenía la orden de dar paso a las mujeres soldado; el Alarde, sin embargo, lo abren los hacheros. Todo esto causó un gran revuelo, y la reacción contra las mujeres soldado se hizo visiblemente más cruda. Los encierros forzados en los ensayos de la compañía Jaizkibel sucedieron ese año. Tapones de gente, gritos y amenazas hacían imposible la salida de las personas integrantes de Jaizkibel de la escuela Talaia. A partir de ese año también comenzaron a enviar a unidades especializadas en antidisturbios de la Ertzaintza, con escudos, porras, lanza pelotas, etc.

La compañía Jaizkibel debía situarse en el momento que el Alarde comenzaba su bajada por la calle Mayor; sin embargo, cientos de personas cerraron el paso sentándose en el suelo. La Ertzaintza detuvo a 57 personas y estuvo durante horas sacando a las personas de la sentada hasta que recibieron la orden de desistir. Ese año también se intentó participar en el desfile del monte Guadalupe pero, una vez más, fue imposible. Por la tarde se repitieron los acontecimientos. Esta vez la compañía Jaizkibel se situó en el recorrido, frente a la Plaza Javier Ugarte. Un gran tapón lo paró, pero el Alarde tradicional venía por detrás. El Alarde cambió su recorrido y dejaron sola a la compañía conformada por mujeres y hombres. A pesar de que durante las fiestas de ese año 80 personas fueron detenidas por los tapones realizados, todas fueron puestas en libertad sin consecuencias legales.

FOTOGRAFÍA: Compañía Jaizkibel

El año 2000 fue totalmente diferente. Por primera y última vez la Ertzaintza tenía, en base a una sentencia judicial, la orden del Gobierno Vasco de permitir la participación de Jaizkibel en el Alarde. Como hemos mencionado, en 1996 se emprendió la vía judicial para la participación de la mujer en el Alarde. Mientras el Alarde fue público, las sentencias fueron favorables a las mujeres soldado, sin embargo, con su privatización el derecho privado de reunión y organización quedó por encima del derecho de igualdad, por lo que los detractores lograron mantener el Alarde sin mujeres soldados dentro de la nueva legalidad.

En el año 2000 la Ertzaintza tenía la orden de dar paso a las mujeres soldado; el Alarde, sin embargo, lo abren los hacheros. Todo esto causó un gran revuelo, y la reacción contra las mujeres soldado se hizo visiblemente más cruda. Los encierros forzados en los ensayos de la compañía Jaizkibel sucedieron ese año. Tapones de gente, gritos y amenazas hacían imposible la salida de las personas integrantes de Jaizkibel de la escuela Talaia. A partir de ese año también comenzaron a enviar a unidades especializadas en antidisturbios de la Ertzaintza, con escudos, porras, lanza pelotas, etc.

La compañía Jaizkibel debía situarse en el momento que el Alarde comenzaba su bajada por la calle Mayor; sin embargo, cientos de personas cerraron el paso sentándose en el suelo. La Ertzaintza detuvo a 57 personas y estuvo durante horas sacando a las personas de la sentada hasta que recibieron la orden de desistir. Ese año también se intentó participar en el desfile del monte Guadalupe pero, una vez más, fue imposible. Por la tarde se repitieron los acontecimientos. Esta vez la compañía Jaizkibel se situó en el recorrido, frente a la Plaza Javier Ugarte. Un gran tapón lo paró, pero el Alarde tradicional venía por detrás. El Alarde cambió su recorrido y dejaron sola a la compañía conformada por mujeres y hombres. A pesar de que durante las fiestas de ese año 80 personas fueron detenidas por los tapones realizados, todas fueron puestas en libertad sin consecuencias legales.

FOTOGRAFÍA: Compañía Jaizkibel

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