Poco a poco, Jaizkibel fue ganando nuevos espacios. En el año 2005 entró en vigor la Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres de la CAV y en uno de sus artículos se prohíbe «la organización y ejercicio de actividades culturales en espacios públicos que no consientan o dificulten la participación de las mujeres en igualdad con los hombres». Leyendo esto muchos pensaron que para poder seguir desfilando el Alarde tradicional debería aceptar a las mujeres soldado, pero la ley tuvo diferentes interpretaciones y no hubo voluntad política para aplicar ese artículo en el Alarde.
La Ley de Igualdad hizo que la compañía Jaizkibel tuviera prioridad en los horarios, por lo que consiguió el horario del Alarde, desfilando por delante del Alarde tradicional. La compañía Jaizkibel pasó poco a poco de los márgenes del espacio y del tiempo a conquistar el centro. Como consecuencia de ello, en 2005 se puso en marcha por primera vez otra tradición y práctica que se prolongaría durante largos años: los plásticos negros. En los primeros años los plásticos negros eran muy altos y abarcaban toda la calle Mayor.
Ya en 2005 se pudo celebrar la merienda de la cantinera. Por las tardes, tras finalizar el Alarde, en torno a esta merienda se abrió una pequeña oportunidad de acercarse al ambiente festivo. Con esta cita se conquistó otro espacio: el de la alegría, el de la celebración; y, es que, a las mujeres se les negó el derecho a desfilar pero también se les privó de la posibilidad de vivir y celebrar la fiesta en esos primeros años. Ese momento se convirtió en un momento para dejar atrás las tensiones del día y compartir y disfrutar. Estas meriendas se han realizado en diferentes lugares; en Denda Kalea, en el barrio de Zezen Plaza, en la sociedad Olagarro…
FOTOGRAFÍA: Juan Carlos RUIZ/ARGAZKI PRESS
Poco a poco, Jaizkibel fue ganando nuevos espacios. En el año 2005 entró en vigor la Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres de la CAV y en uno de sus artículos se prohíbe «la organización y ejercicio de actividades culturales en espacios públicos que no consientan o dificulten la participación de las mujeres en igualdad con los hombres». Leyendo esto muchos pensaron que para poder seguir desfilando el Alarde tradicional debería aceptar a las mujeres soldado, pero la ley tuvo diferentes interpretaciones y no hubo voluntad política para aplicar ese artículo en el Alarde.
La Ley de Igualdad hizo que la compañía Jaizkibel tuviera prioridad en los horarios, por lo que consiguió el horario del Alarde, desfilando por delante del Alarde tradicional. La compañía Jaizkibel pasó poco a poco de los márgenes del espacio y del tiempo a conquistar el centro. Como consecuencia de ello, en 2005 se puso en marcha por primera vez otra tradición y práctica que se prolongaría durante largos años: los plásticos negros. En los primeros años los plásticos negros eran muy altos y abarcaban toda la calle Mayor.
Ya en 2005 se pudo celebrar la merienda de la cantinera. Por las tardes, tras finalizar el Alarde, en torno a esta merienda se abrió una pequeña oportunidad de acercarse al ambiente festivo. Con esta cita se conquistó otro espacio: el de la alegría, el de la celebración; y, es que, a las mujeres se les negó el derecho a desfilar pero también se les privó de la posibilidad de vivir y celebrar la fiesta en esos primeros años. Ese momento se convirtió en un momento para dejar atrás las tensiones del día y compartir y disfrutar. Estas meriendas se han realizado en diferentes lugares; en Denda Kalea, en el barrio de Zezen Plaza, en la sociedad Olagarro…
FOTOGRAFÍA: Juan Carlos RUIZ/ARGAZKI PRESS