El término cerilleras significa en Irun, mujer fuerte, y luchadora.

La fosforera fue una de las grandes industrias de Irun. Había tres fábricas, pero la más conocida era, la ubicada en Azken Portu, Nuestra Señora del Juncal. Todavía se puede ver su larga chimenea.

Antes de la guerra de 1936, allí trabajaban más de 600 irundarras. La labor de aquellas mujeres era atar las cerillas o meterlas en cajitas. Un trabajo a destajo. Al finalizar el día pesaban las cajas y el sueldo dependía de ello.

Estas jóvenes fueron conocidas, sin embargo, por su solidaridad e implicación política y sindical. Las primeras noticias llegan con el siglo XX. En 1903 30 cerilleras se plantaron ante el despido de una compañera. Años después crearon el Sindicato de las Cerilleras también conocido como, Sindicato feminista.

En 1920 realizaron sus huelgas más conocidas. En favor de la subida de sueldos y en contra de la pausa por la falta de material para la producción. En aquella época el sector cayó en crisis lo que acarreó grandes protestas. Gracias al trabajo sindical y al apoyo municipal consiguieron equiparar sus sueldos con los de otros fábricas.

Las cerilleras trajeron a Euskal Herria las nuevas luchas obreras de Europa. No sabemos si nuestras cerilleras conocieron a las Matchgirls, las cerilleras británicas. Pero la historia y la lucha de ambos colectivos fueron idénticas. Aquellas cerilleras británicas realizaron la primera huelga de mujeres. Y fueron la cuna del movimiento obrero, feminista y el Partido Laborista.

La dictadura impuesta tras la guerra fue especialmente dura para las mujeres. El nuevo régimen no creía conveniente que la mujer trabajara. La fábrica de cerillas cerró sus puertas en 1990.

El término cerilleras significa en Irun, mujer fuerte, y luchadora.

La fosforera fue una de las grandes industrias de Irun. Había tres fábricas, pero la más conocida era, la ubicada en Azken Portu, Nuestra Señora del Juncal. Todavía se puede ver su larga chimenea.

Antes de la guerra de 1936, allí trabajaban más de 600 irundarras. La labor de aquellas mujeres era atar las cerillas o meterlas en cajitas. Un trabajo a destajo. Al finalizar el día pesaban las cajas y el sueldo dependía de ello.

Estas jóvenes fueron conocidas, sin embargo, por su solidaridad e implicación política y sindical. Las primeras noticias llegan con el siglo XX. En 1903 30 cerilleras se plantaron ante el despido de una compañera. Años después crearon el Sindicato de las Cerilleras también conocido como, Sindicato feminista.

En 1920 realizaron sus huelgas más conocidas. En favor de la subida de sueldos y en contra de la pausa por la falta de material para la producción. En aquella época el sector cayó en crisis lo que acarreó grandes protestas. Gracias al trabajo sindical y al apoyo municipal consiguieron equiparar sus sueldos con los de otros fábricas.

Las cerilleras trajeron a Euskal Herria las nuevas luchas obreras de Europa. No sabemos si nuestras cerilleras conocieron a las Matchgirls, las cerilleras británicas. Pero la historia y la lucha de ambos colectivos fueron idénticas. Aquellas cerilleras británicas realizaron la primera huelga de mujeres. Y fueron la cuna del movimiento obrero, feminista y el Partido Laborista.

La dictadura impuesta tras la guerra fue especialmente dura para las mujeres. El nuevo régimen no creía conveniente que la mujer trabajara. La fábrica de cerillas cerró sus puertas en 1990.

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