La historia de Hondarribia está llena de personajes ilustres: reyes, militares, clérigos, artistas. Hasta el insigne pintor Velázquez paseó por nuestras calles. Pero ¿dónde quedan las mujeres en el devenir de la historia hondarribitarra? ¿No tomaron parte en los acontecimientos más importantes? En la obra de Lope de Isasti, “Compendio historial de Guipúzcoa”, el autor cita más de cuarenta personajes singulares relacionados con la historia de la villa. Es cierto que la obra fue escrita en 1625, pero aún así llama la atención que en todo el listado no se mencione una sola mujer.
Las mujeres hemos sido las grandes olvidadas de la historia. Hasta hace muy poco tiempo, no hemos tenido acceso a cargos públicos ni a la carrera política o militar, lo que explica la ausencia de nombres femeninos en las fuentes históricas a pesar de constituir la mitad de la humanidad. En muchas épocas históricas, como ocurría en la Antigüedad, la Edad Media y gran parte de la Edad Moderna, la función de la mujer era ser una buena esposa, procrear y dar continuidad al linaje familiar, sin poner en duda la legitimidad del mismo. También era la responsable de las tareas domésticas, entre las que destacaban la crianza de los hijos e hijas, y la producción textil.
Sin embargo, el hecho de que no existan registros públicos de nuestra participación en el devenir histórico no quiere decir que no hayamos sido un elemento fundamental en este. Aunque no tuviéramos oportunidad de tomar parte con nombre propio en los acontecimientos más importantes, nuestra presencia ha sido primordial, la mayoría de las veces de forma anónima o encubierta. Muestra de ello es la documentación de la época moderna en la que, gracias a la existencia de protocolos notariales, se demuestra que la participación de las mujeres en la vida económica era fundamental, siendo muy frecuente la existencia de propietarias de negocios o gerentes de los mismos. Aún así, y a pesar del vuelco metodológico que se ha venido gestando en las últimas décadas para aplicar una perspectiva de género a los estudios históricos, parece que seguimos habitando en la cara oculta de la luna. La falta de posibilidades para acceder en igualdad de condiciones a las prerrogativas de las que disfrutaban los hombres, entre las que la educación era -y sigue siendo- primordial, es lo que explica este vacío. Baste como muestra el dato que aportaba Gorosábel en 1862 sobre la educación pública en Hondarribia: “tiene una escuela pública elemental de niños dotada con 4.400 reales anuales, y otra de igual clase de niñas con 1.500”. Esta diferencia presupuestaria se debía probablemente a la disparidad en la cantidad de alumnos y alumnas, lo que a su vez demuestra las dificultades que las mujeres han tenido a lo largo de la historia para acceder a la misma educación que los hombres.
Este paseo por Hondarribia es un homenaje a todas las mujeres que han tenido que ver con la historia de este municipio. Solo hemos escogido diez, entre las decenas de nombres que han llegado hasta nuestros días, pero han sido elegidas intentando abarcar un amplio abanico de temas para poder reflexionar sobre distintas cuestiones que aparecen recogidas como subtítulo de cada una de nuestras protagonistas. El sesgo con el que cuenta la documentación histórica explica que casi todas ellas pertenezcan a las clases más altas de la sociedad, nobleza y burguesía, pero también tienen cabida otras mujeres mucho más humildes, cuyos nombres han llegado hasta la actualidad por distintas circunstancias. Además, cada mujer aparece asociada a un punto del casco histórico, tal y como se muestra en el recorrido, que refuerza su historia personal.
Esperamos que disfrutéis con este paseo por la historia de Hondarribia y sus mujeres.
Un proyecto de Parean Berdintasun Elkartea
Textos: María José Noain Maura
Ilustraciones: Andrea Villamor
Agradecimientos: Cindy Nickerson, Emeki Emakume Elkartea, Félix Senosiain, Jim de The Bakker Project, Koldo Ortega.
La historia de Hondarribia está llena de personajes ilustres: reyes, militares, clérigos, artistas. Hasta el insigne pintor Velázquez paseó por nuestras calles. Pero ¿dónde quedan las mujeres en el devenir de la historia hondarribitarra? ¿No tomaron parte en los acontecimientos más importantes? En la obra de Lope de Isasti, “Compendio historial de Guipúzcoa”, el autor cita más de cuarenta personajes singulares relacionados con la historia de la villa. Es cierto que la obra fue escrita en 1625, pero aún así llama la atención que en todo el listado no se mencione una sola mujer.
Las mujeres hemos sido las grandes olvidadas de la historia. Hasta hace muy poco tiempo, no hemos tenido acceso a cargos públicos ni a la carrera política o militar, lo que explica la ausencia de nombres femeninos en las fuentes históricas a pesar de constituir la mitad de la humanidad. En muchas épocas históricas, como ocurría en la Antigüedad, la Edad Media y gran parte de la Edad Moderna, la función de la mujer era ser una buena esposa, procrear y dar continuidad al linaje familiar, sin poner en duda la legitimidad del mismo. También era la responsable de las tareas domésticas, entre las que destacaban la crianza de los hijos e hijas, y la producción textil.
Sin embargo, el hecho de que no existan registros públicos de nuestra participación en el devenir histórico no quiere decir que no hayamos sido un elemento fundamental en este. Aunque no tuviéramos oportunidad de tomar parte con nombre propio en los acontecimientos más importantes, nuestra presencia ha sido primordial, la mayoría de las veces de forma anónima o encubierta. Muestra de ello es la documentación de la época moderna en la que, gracias a la existencia de protocolos notariales, se demuestra que la participación de las mujeres en la vida económica era fundamental, siendo muy frecuente la existencia de propietarias de negocios o gerentes de los mismos. Aún así, y a pesar del vuelco metodológico que se ha venido gestando en las últimas décadas para aplicar una perspectiva de género a los estudios históricos, parece que seguimos habitando en la cara oculta de la luna. La falta de posibilidades para acceder en igualdad de condiciones a las prerrogativas de las que disfrutaban los hombres, entre las que la educación era -y sigue siendo- primordial, es lo que explica este vacío. Baste como muestra el dato que aportaba Gorosábel en 1862 sobre la educación pública en Hondarribia: “tiene una escuela pública elemental de niños dotada con 4.400 reales anuales, y otra de igual clase de niñas con 1.500”. Esta diferencia presupuestaria se debía probablemente a la disparidad en la cantidad de alumnos y alumnas, lo que a su vez demuestra las dificultades que las mujeres han tenido a lo largo de la historia para acceder a la misma educación que los hombres.
Este paseo por Hondarribia es un homenaje a todas las mujeres que han tenido que ver con la historia de este municipio. Solo hemos escogido diez, entre las decenas de nombres que han llegado hasta nuestros días, pero han sido elegidas intentando abarcar un amplio abanico de temas para poder reflexionar sobre distintas cuestiones que aparecen recogidas como subtítulo de cada una de nuestras protagonistas. El sesgo con el que cuenta la documentación histórica explica que casi todas ellas pertenezcan a las clases más altas de la sociedad, nobleza y burguesía, pero también tienen cabida otras mujeres mucho más humildes, cuyos nombres han llegado hasta la actualidad por distintas circunstancias. Además, cada mujer aparece asociada a un punto del casco histórico, tal y como se muestra en el recorrido, que refuerza su historia personal.
Esperamos que disfrutéis con este paseo por la historia de Hondarribia y sus mujeres.
Un proyecto de Parean Berdintasun Elkartea
Textos: María José Noain Maura
Ilustraciones: Andrea Villamor
Agradecimientos: Cindy Nickerson, Emeki Emakume Elkartea, Félix Senosiain, Jim de The Bakker Project, Koldo Ortega.